¿De qué estás lleno?
El otro día me hablaron acerca de una similitud entre el almacenamiento de orina en una vejiga y la cantidad de ira que podemos llegar a albergar dentro de nosotros. la comparativa era más o menos así: "alguien tiene ganas de orinar y en vez de ir al baño decide aguantar un poco más porque está muy atareado con sus quehaceres. Pasa el tiempo y sigue con la ganas de orinar, pero, decide aguantar un poco más dado que aún le faltan algunas gestiones que realizar. Su vejiga sigue llenándose. Vuelve a sentir las ganas de orinar, y decide seguir haciendo cosas hasta que ocurre lo inevitable, se orina encima. Pues de una manera similar ocurre con la ira que albergamos en nuestro interior". Me comentó la psicóloga. Fue algo que me llevó a meditar, no sólo en la ira que podemos llegar a albergar dentro de nosotros, si no con cada pecado que trata de apoderarse de nosotros. Es cierto que como cristianos, vivimos en un mundo caído y, lo queramos o no, estamos rodeados por todas partes de cosas que realmente no agradan al Señor. La pregunta es ¿Qué vas a dejar que entre y controle tu vida?
En el libro del Génesis, Dios le dice algo a Caín: "Si haces bien, ¿no serás aceptado?[a] Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia[b], pero tú debes dominarlo. (Gén. 4:7)
Realmente es algo a considerar. De la misma manera que el pecado llama a la puerta. Cristo también está llamando para que acudamos a él en los momentos de necesidad (Mateo 11:28-30) ¿a quien vamos a obedecer? ¿la voz de quien vamos escuchar?
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