La Fe que Justifica

 


📖 Devocional: La Fe que Justifica

Texto base: Gálatas 3:6-12

“Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.”
— Gálatas 3:6-12


🪔 Reflexión

Pablo continúa defendiendo una verdad central del evangelio: la justificación viene por la fe y no por las obras de la ley. Para probarlo, cita a Abraham, el padre de la fe. Abraham no fue justificado por sus obras, sino por creer a Dios (Génesis 15:6). Esta fe le hizo justo delante de Él.

Esto tiene un impacto poderoso para nosotros hoy: todos los que creen, como Abraham, forman parte de la familia de la fe, sin importar su origen. No se trata de cumplir con un sistema religioso, sino de confiar plenamente en la promesa de Dios.

Pablo también advierte que quien se apoya en las obras está bajo maldición, porque la ley exige perfección absoluta, algo que nadie puede cumplir. Por eso declara con firmeza:

“El justo por la fe vivirá.”


🙋 Aplicación

  • ¿Estás confiando en tu fe en Cristo o en tus méritos personales para ser justo ante Dios?

  • ¿Tu fe se parece a la de Abraham, que confió en Dios incluso sin ver todo cumplido?

  • ¿Estás viviendo en libertad o atado a un legalismo disfrazado de espiritualidad?


🙏 Oración

Señor, gracias por recordarme que no soy justificado por mis obras, sino por la fe en Ti. Ayúdame a vivir como Abraham, confiando plenamente en Tus promesas. Líbrame del orgullo de creer que puedo ganarme Tu favor, y enséñame a descansar en Tu gracia. Quiero vivir por fe, todos los días, hasta el final. En el nombre de Jesús. Amén.


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