¿Volverás a confiar en tus fuerzas?
📖 Devocional: ¿Volverás a confiar en tus fuerzas?
Texto base: Gálatas 3:1-5
“¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? ¡Si es que realmente fue en vano! Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?”— Gálatas 3:1-5
🪔 Reflexión
Pablo comienza este pasaje con un tono fuerte y directo: “¡Oh gálatas insensatos!”. ¿Por qué los llama así? Porque habiendo conocido la Gracia de Dios a través de la fe, estaban regresando a confiar en sus propias obras para agradar a Dios.
Pablo les recuerda algo fundamental: el Espíritu Santo no vino a sus vidas porque cumplieron con reglas religiosas, sino por haber creído el evangelio por la fe. Ellos comenzaron bien, en el Espíritu, pero ahora querían "terminar" por sus propios medios, por medio de sus obras. Ese mismo error lo cometemos nosotros cuando tratamos de ganarnos el favor de Dios por medio nuestro esfuerzo, olvidando que todo es por Gracia, desde el principio hasta el final.
Este pasaje también nos desafía a no perder de vista el poder de Dios obrando a través de la fe, no por méritos personales. Es Dios quien transforma, es Dios quien obra maravillas, es Dios quien sustenta nuestra vida espiritual. ¿Por qué volver, entonces, a confiar en nuestras fuerzas?
🙋 Aplicación personal
-
¿Has comenzado a depender de tus obras más que de la fe en Cristo?
-
¿Te estás esforzando por cambiar en tus propias fuerzas, olvidando que es el Espíritu Santo quien obra en ti?
-
¿Te has olvidado de la Gracia y te has vuelto a cargar con el legalismo o la culpa?
🙏 Oración
Señor, reconozco que muchas veces he tratado de agradarte en mis propias fuerzas, olvidando que fue por Gracia que fui salvo. Ayúdame a vivir cada día por el Espíritu, no por la carne. Renueva mi fe y enséñame a confiar plenamente en Tu poder, no en mis méritos o capacidades. Gracias por haber comenzado la obra en mí. Confío en que Tú la perfeccionarás. En el nombre de Cristo. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario