Mi alma tiene sed de Ti
Salmo 42:1 "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
En esta mañana, no es que me haya levantado con el texto que está encabezando la reflexión de hoy, pero si que ha habido algo que me ha hecho pararme a meditar en él. Quienes me conocen y han venido a casa, saben que tengo dos perros, Rex (un podenco andaluz) y Tayson (un cruce entre un podenco y un american standford pero, que ha salido a su abuelo que es un pitbull).
Este hecho en particular fue lo que me llevó a traer a la memoria este salmo. Si nos paramos a anlizar el texto en sí, hay algo que llama especialmente la atención. El salmista usa la comparación de un ciervo que brama (en el hebreo es el término "arág" que tiene un signifcado que hace referencia a anhelar o suspirar) por el deseo de beber, con el clamor de su propia alma por Dios. La palabara usada para clamar en el hebreo es la misma que se usa para bramar (arág) y hace referencia a un deseo profundo de ser saciado o estar completo o satisfecho. Esto me llevó a una conclusión, los perros que tengo a parte de que son unos personajillos, son muy dependientes, están constantemente haciendo cosas para llamar tu atención o para que juegues con ellos, cosa que me llevó a hacerme una pregunta en cuanto a mi relación con el Señor: ¿Busco depender tanto de Dios como los perros dependen de nuestros cuidados? ¿Clama, anhela, suspira, desea profundamente mi alma al Señor, como el ciervo sediento al agua?
Espero que esta pequeña reflexión nos sirva para poder medir nuestro grado de dependencia del Señor y podamos obrar en consecuencia.
Gracia y Paz.
Soli Deo Gloria.
Comentarios
Publicar un comentario