Soportando la tentación
Vivimos en una era en la que casi todo, por no decir todo, lo que el ser humano quiere está al alcance de un click en el teclado de un ordenador o de un teléfono móvil. Vivimos en una era en la que ya no hay censuras de ningun tipo, todo parece ser bueno y del agrado de todos en este mundo. Pero la realidad es que, lo que vivimos no es del agrado de muchas personas y mucho menos de los cristianos. Siendo realista con la situación que vivimos actualmente en el mundo, podría decir, totalmente convencido de ello, que el pecado está más que nunca tratando de ganar terreno, no sólo en medio de esta sociedad en la que vivimos, si no también dentro de la Iglesia. Por mucho que queramos negarlo, somos tentados cada poco, pero ¿qué es en sí la tentación? ¿cuál es el origen de ella? ¿cómo podemos no ceder a la tentación?. Estas son algunas de las preguntas que deberíamos responder para saber verdaderamente a qué nos enfrentamos a diario.
Real Academia de la Lengua Española (RAE) define la tentación como sigue:1-"Instigación o estímulo que induce el deseo de algo" 2- "Persona, cosa o circunstancia que provoca la tentación." 3- "Solicitación al pecado inducida por Satanás"
El significado bíblico para la tentación es: "La palabra "tentación" tiene un significado profundo en la Biblia. En su sentido más básico, la tentación se refiere a una situación en la que una persona es atraída o incitada a pecar o a desobedecer los mandamientos de Dios. La palabra "tentación" se deriva del latín "tentare", que significa "probar" o "examinar". En este contexto, la tentación es vista como una prueba o una prueba de fe.
Ahora, teniendo claro el concepto de tentación en el marco bíblico, ¿Cuál es el origen de ella o de dónde proviene? Bueno, personalmente estoy convencido que es un asunto del corazón pero, ¿qué es lo que da lugar a ella? Yo diría que,principalmente, tiene dos lugares de origen: 1) Externo. 2) Interno.
Origen externo de la tentación
Cuando tenemos claro que la tentación es la antesala del pecado y nuestro progresivo alejamiento de los preceptos de Dios, es fácil entender que desde el comienzo de los tiempos Satanás ha sido nuestro mayor tentador. (Génesis 3:4-5). Este enemigo espiritual genera condiciones atractivas que tornan deseables muchas cosas y nos llevan a traspasar sanos principios trazados por el Señor en Su Palabra.
Sobre la tentación en particular, el apóstol Pablo escribió: “Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiere tentado el tentador y que nuestro trabajo resultase en vano” (1 Tesalonicenses 3:5). Plantea que si bien es cierto los destinatarios de aquella carta eran cristianos, no estaban exentos de ser tentados.
Exteriormente podemos ser tentados a través de nuestros sentidos, pero en lo personal, yo haría más énfasis en la vista y el oído aunque el olfato tampoco lo dejaría de lado. Voy a hacer una pequeña lista de las cosas externas con las que podemos ser tentados más de lo que nos podemos llegar a imaginar:
1- Por la vista:
a) Revistas y películas de carácter sexual desordenado (pornografía), dinero, casas, coches, etc
2- Por el oído:
b) Quienes hemos consumido pornografía, no nos cuesta crear una imagen en nuestra mente a partir de ciertos sonidos relacionados con el tema, aunque nos tapemos los ojos.
Por desgracia hay un estudio reciente que habla acerca del consumo de pornografía dentro del contexto de la Iglesia, la cifra es alarmante. En el último trimestre de 2020 se realizó una encuesta en la que participaron 394 personas, casi en su totalidad (97,21%) autodenominadas cristianas evangélicas, y los resultados son algo más que preocupantes. Los resultados de esta encuesta nos abren una ventana a la realidad del consumo de pornografía en la iglesia evangélica española, y nos ayudan a romper con ideas erróneas extendidas. Se puede observar que el consumo de pornografía está extendido entre personas cristianas, que no es sólo cosa de hombres, ni de jóvenes, y que un alto porcentaje de personas con responsabilidades eclesiales la consumen (pastores, diáconos, líderes de alabanza o miembros de la misma).
En primer lugar se observa un gran interés entre los varones. Hasta hace poco, en las charlas y talleres sobre pornografía y trata de seres humanos, el público asistente es mayoritariamente femenino. Pero en el caso de una encuesta online anónima tratando específicamente el tema de la pornografía, el 61,42% de quienes contestaron fueron hombres.
Vamos a ver qué dicen los datos en cuanto al consumo de porno entre creyentes en general:
- Casi 4 de cada 10 cristianos (39,34%) admiten ver porno en la actualidad.
- Más de un cuarto de los cristianos admiten ver porno mínimo una vez al mes.
- Más de 1 de cada 5 cristianos (21,57%) ven porno mínimo una vez a la semana. Un 4,31% admiten hacerlo a diario.
- Más de tres cuartos (77,4%) han visto porno alguna vez en su vida.
Si nos fijamos en el sexo observamos que:
- El porno no es sólo cosa de hombres. Si bien el 56,2% de los hombres ven porno en la actualidad, un nada despreciable 12,5% de mujeres cristianas admiten ver porno en la actualidad.
- Casi uno de cada tres hombres (31,82%) ve porno mínimo una vez a la semana. Un 6,20% de los hombres lo ve a diario.
En cuanto a la edad, ya vimos que no podemos delegarle el tema al líder de jóvenes, puesto que el grupo de edad que más porno consume está entre los 35 y 50 años, un 49,61% admiten ver porno semanalmente.
Más de un cuarto de los hombres en un grupo de edad consume porno como mínimo una vez a la semana.
Al porno se le llama a menudo “cine para adultos”, pero lo cierto es que actualmente no hay medios de control para restringir el acceso a pornografía online, y los menores empiezan a consumir mucho antes. Casi la mitad (44,4%) de los cristianos fueron expuestos a la pornografía antes de los 12 años.
Un mito muy extendido es que el uso de porno es un alivio para los cristianos solteros o divorciados, puesto que no mantienen relaciones sexuales. Si esto fuera así, veríamos que los casados no deberían apenas consumir porno. Pues bien, entre los encuestados, hay más casados que solteros entre los consumidores de porno.. Un 40,59% de los casados consumen porno, mientras que en el grupo de los solteros, el consumo es ligeramente inferior (37,42%).
Cabría pensar que el uso de pornografía pudiera ser muestra de inmadurez espiritual, pero se ha visto que más de un tercio de los responsables de iglesia (37,73%) consume porno en la actualidad.
Cada vez son más las voces dentro de la comunidad científica que claman para que el uso compulsivo de pornografía sea considerado una adicción. En la iglesia, hemos observado que
Uno de cada cuatro cristianos se considera adicto/a al porno, o tiene dudas al respecto. El 15,99% se reconoce como adicto/a, mientras que el 9,14% no lo sabe.
Uno de cada tres cristianos tiene problemas con abandonar la pornografía. El 33,7% de los encuestados ha intentado dejar la pornografía, sin éxito.
La pornografía es un material audiovisual diseñado para excitar sexualmente a quien lo mira, así que va de la mano con la masturbación. En la iglesia española se observa mucha confusión en cuanto a este tema, puesto que más de la mitad de los cristianos consideran que la masturbación no es pecado, o que depende. El 19,8% creen que no es pecado en ningún caso, mientras que el 33,76% creen que depende del caso. Esta confusión también está presente entre los líderes, pues sólo la mitad de los responsables de iglesia opinan que la masturbación es pecado. Resultados que resultan en cierta medida contradictorios con el hecho de que el 91,1% de los cristianos consideran que no es moralmente aceptable ver porno.
Los encuestados también fueron preguntados si participaron del llamado sexting (mandar o recibir fotos de desnudos por redes sociales). Se obervó que el 30% de los cristianos han hecho sexting alguna vez en su vida.
Apuntando a esta verdad, el apóstol Santiago en su epístola universal escribió:
(Santiago 1:13-14).
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