Una Carga que se Convierte en Pasión
📖 Versículo base:
“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!”
— 1ª Corintios 9:16 (RVR1960)
✨ Reflexión:
El apóstol Pablo entendía que predicar el evangelio no era una opción ni un simple privilegio, sino una responsabilidad ineludible que ardía en su interior. No se trataba de buscar reconocimiento o gloria personal, sino de obedecer al llamado de Dios.
Cuando Pablo dice “me es impuesta necesidad”, nos revela que había algo más fuerte que sus propios deseos o comodidad: una convicción profunda de llevar las buenas nuevas a otros. Su vida había sido tan transformada por el amor y la gracia de Cristo que no podía callar.
Y es que, cuando realmente experimentamos el amor de Dios, no podemos quedárnoslo para nosotros. Hay un mundo necesitado de esperanza, de verdad y de propósito. Así como Pablo, nosotros también somos llamados a compartir esa luz, no por obligación externa, sino porque el evangelio se vuelve una necesidad interior que nos impulsa a actuar.
🙌 Aplicación personal:
Hoy, pregúntate: ¿qué lugar ocupa el anuncio del evangelio en mi vida? ¿Lo veo como una obligación religiosa, como una opción secundaria, o como una pasión nacida de mi experiencia con Cristo?
Quizá no todos prediquemos desde un púlpito, pero todos tenemos personas a nuestro alrededor que necesitan escuchar de Jesús: en el trabajo, en la escuela, en la familia o incluso en las redes sociales. Que nuestra vida hable, que nuestro testimonio inspire, y que nuestros labios no se callen cuando haya una oportunidad de compartir la esperanza que hemos recibido.
🙏 Oración:
Señor, gracias por el privilegio de conocerte y de haber sido alcanzado por tu amor. Pon en mí esa misma pasión que ardía en el corazón de Pablo, que no pueda quedarme callado ante un mundo que te necesita. Hazme sensible a las oportunidades de compartir de Ti y ayúdame a vivir de tal manera que otros puedan ver tu luz en mí. En el nombre de Jesús, amén.
Gracia y Paz.
Soli Deo Gloria.
Comentarios
Publicar un comentario